sábado, 1 de mayo de 2010

Con las cosas claras

Como ya os he contado en la entrada inaugural de este blog, la que os habla es maestra, o mejor dicho es la teacher. Como teacher doy clases a muchos niñ@s, y para completar la novatada incluímos infantil como premio gordo. Aunque he de reconocer que al principio me las hacían pasar canutas (imaginad, sin experiencia y con chiquitines de 5 añitos... mucha tela) después de unos siete meses ya le voy cogiendo el truco y me lo paso pipa.

En una de estas clases, tras cantar y jugar y volver a jugar, P rompió una preciosa flor de felpa que iba a ser regalo para mami (mañana es el día de la madre, del que mejor no hablo...). A esta acción le sigue un comentario de L: Anda P, qué malo eres. Ya no me caso contigo.
P, en lugar de deprimirse, comenta que mejor, que el no quiere novias. Muy listo que eres, comento yo, que l@s novi@s son un rollo. 

Pero L no estaba de acuerdo, pues me dijo: No teacher, yo quiero un novio, porque así cuando me vaya con mis amigas el novio se quedará con los niños y yo me divertiré
Y se quedó tan pancha. Esta niña promete

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