Hoy os vengo con un post... diferente. Cultural, social, costumbrista... no sabría como catalogarlo al cien por cien. A pocas horas de echarme a la calle durante días enteros, matando mis piernas y sobreviviendo a base de café, he pensado compartir mi humilde experiencia para, quien sabe, ilustraros en posibles futuras visitas que podáis hacer a esta fiesta de mi ciudad. Comencemos:
Bulla: Parte indispensable de la Semana Santa. Sin aglomeraciones y tapones de gente caminando en direcciones contrarias e impregnándolo todo con olor a sobaquillo, esto no sería lo mismo. Como resultado, tus zapatos acabarán irremediablemente de color negro-grisáceo, por lo que recomiendo usar zapatos cómodos y no muy glamurosos. Como punto positivo, de tanto estrujamiento acabas hasta más planita que cuando entraste.
Parón: O ese momento interminable en que esperas que unos mil nazarenos pasen para que al fin llegue el paso. Para combatir el hastío, se recomienda ir preparados con grandes bolsas de pipas, las cuales cumplirán una doble función: calmar el hambre tras horas de caminata y entretener nuestra mente. También se recomienda ir preparados con vaqueros o similares, pues nuestras piernas agradecerán sobrellevar este momento sentados en la acera.
Sevillanito/a: En esta época salen de debajo de las piedras. El sevillanito es fácilmente reconocible: pelo rizado engominado hacia atrás o en su defecto lacio y hacia la cara tipo Justin Bieber. Ataviado con pantalón y camisa, a poder ser incluyendo la bandera de España en algún lado (contra más grande más sevillanito) En cuanto a su manera de ser, el sevillanito como su propio nombre indica piensa que Sevilla es "lo más grande del mundo mundial" y que no hay nada más bonito que la Semana Santa. Por ello se recomienda no hacer comentarios negativos a su alrededor.
Complejo de bisagra: En algún momento se padecerá. Consiste en pensar que tooooda Sevilla quiere pasar justo por el lado en el que tu estás. La cosa es que, estés donde estés, y aunque cambies de sitio, te seguirás sintiendo como una puerta. Es lógico, ya que una gran cantidad de gente está concentrada en un espacio bastante reducido, y por algún lado hay que pasar. Consejo: tomárselo con filosofía y paciencia, no queda otra, ya que en algún momento seremos nosotros los que tendremos que pasar, contagiando el complejo bisagra a otra persona.
Tapita de queso: Complemento indispensable del sevillanito de pro (ver arriba). Por tapita de queso me refiero a esas patillas triangulares que casi alcanzan la boca. A mayor perímetro y densidad, mayor rango dentro de la escala sevillanito. También son muy típicas en los costaleros.
Andares de Fraga: Es lo que podréis ver a las pocas horas de estar en la calle, sobre todo el Domingo de Ramos (que es cuando hay que ponerse guapísimo y de estreno). Digo yo que, si me voy a pasar unas buenas cuantas de horas andando y de pie lo mejor será equiparse con calzado cómodo y ya usado. Se ve que a muchas les puede la coquetería. Los andares de Fraga son típicos especialmente en niñas que no superan los 20 años y que acaban de comenzar a salir solitas con los colegas. Equipadas con altísimos tacones de estreno, a las cuatro de la tarde ya irán arrastrando los pies o andando descompensadas. Es habitual verlas mirando con envidia a aquellas que, como yo, preferimos la comodidad a estar super fashions para la foto.
Trompeteros: Y no me refiero a las bandas que acompañan a los pasos (las cuales si son dignas de escuchar), sino a los nenes a los que papi y mami, sin saber el daño que van a provocar en los alrededores, les compran una trompetita de juguete, doradita y todo. Dicha trompetita emite un pitido altamente desagradable que taladra los oídos. Digo yo que podrían dejarselas tocar solo en casa, bajo techo... ya veríais como dejaban de comprarlas.
Encuentros en la tercera fase: Sevilla es una ciudad que, para ser capital y considerada "grande", es muy pequeña, y mas en Semana Santa. Todo el mundo está en las mismas calles a las mismas horas, así que hay que pararse cada dos por tres a saludar. Sin embargo, cual ley de Murphy, más que con gente a la que te apetece ver te encontrarás irremediablemente con todos aquellos que no quieres ver ni en pintura.
Y a grandes rasgos, aquí dejo el tomo de la Enciclopedia de costumbres. Espero que os sirva para descubrir aquellas cosas que, a los que observan la Semana Santa de Sevilla por primera vez, pueden pasar desapercibidas. Ni que decir tiene que espero que nadie se sienta ofendido con estas opiniones, que están hechas desde la guasa y el cachondeo. Besos y que disfrutéis de estas vacaciones, ya sea viendo procesiones o descansando ;)