Hoy me vais a perdonas, pero este día se merece una entrada monográfica, pues hoy es mi aniversario. Seis años ya con el hombre de mi vida, al que conocí, aunque parezca increíble, en la guardería.
Aquí nos tenéis en plena función. Yo soy la de blanco de la izquierda (se supone que era el viento) y él es el piratilla pequeñín de la derecha. Parece increíble que luego la que se quedara pequeñita fue servidora y él creció hasta convertirse en un hombretón de metro ochenta.
En la guardería compartimos plastilina, carreras, tizas de colores y cartillas de lectura. Pero el destino quiso separarnos, ya que yo fui a un colegio público y él con hermano gemelo (porque sí, tiene un hermano gemelo) fueron a otro concertado. Y aunque luego descubrimos que vivíamos uno enfrente del otro, no nos volvimos a ver.
Los años pasaron, llegó la adolescencia y los ligues típicos de pocos días. A los 18 me mandan a Cambridge, porque gracias a la Junta consigo una beca de dos semanas para estar allí en verano. Como no, conocí a muchísima gente maravillosa, pero hice especialmente migas con un chico llamado Alberto, tanto que cuando volvimos a Sevilla seguimos quedando y nos apuntamos al mismo gimnasio (tengo que decir que a los 18 pesaba yo como 10 kilos más de los que tengo actualmente, y un poco de ejercicio me venía como agua de mayo)
Y una tarde, entre sudores y bicicletas estáticas a este Alberto le visita un amigo, un amigo rubísimo de ojos azules. Inmediatamente me doy cuenta de que esa cara me suena, así que sin pensarlo (que una no tiene pelos en la lengua ni vergüenza) le pregunto ¿Tu no tendrás un hermano gemelo por casualidad? A lo que él contesta ¿Y tu no te llamarás Irene, verdad? Anonadada me quedo de que después de 13 años se acuerde de mi nombre. Tras las presentaciones, este chico tan tímido comienza a salir con "la pandilla". Es mono, pero casi no habla. Por eso, cuando un 12 de octubre me declara sus sentimientos, no me lo puedo creer. ¡Pero si casi no habla conmigo! Pienso. Déjame un tiempo para pensármelo le contesté.
Y tras dejarlo sufriendo diez días, decidí darle una oportunidad, por probar la verdad. No pensaba yo que esto duraría más de tres meses.... pero ya véis. Seis años con mi mejor amigo, un gran guardián, con un corazón que no le cabe en el pecho, y que esa vergüenza que tenía se perdió en el camino (porque hay que verle la gracia que ha sacao el tío) Y todo gracias al destino, porque luego, como ya os he dicho antes, descubrimos que vivimos uno enfrente del otro.
Espero seguir con el toda la vida
7 comentarios:
Qué historia más bonita!!
Un beso!
que bonitoooooooooo
Felicidades!!!!!!!!!111
Qu historia mas bonita..felicidades a los¡¡,y a celebrarlo¡¡¡.
Dios que bonito (:
Son estas las historias las que me hacen saber una vez mas que el amor existe (L). Un beso inmenso preciosa.
Que pedazo de historia! Tiene de todo, me ha encantado y lo mejor es el final! Feliz aniversario atrasado, y que sigáis asi de bien.
Muaks
puuff qué historia! me he emocionado!
¡Ooooh! Qué bonito... Felicidades atrasadas. :)
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