Las apariencias engañan

Hola chiquis, ¿qué tal lleváis el fin de semana? Aquí en Sevilla el frío ha llegado y el viento parece que se ha enterado de la subida de la gasolina y nos quiere llevar volando a todos lados. Aún así, es fin de semana y se agradece.

Precisamente el fin de semana pasado, aprovechando que no llovió (algo que no pasaba desde hacía ya un tiempecillo) me fui a un mercadillo en busca de juegos para mi Wii y, de paso, me hice con un clon del archi conocido Casio dorado. Estaba antojadita de uno, pero no está la cosa para comprare el original. Para cinco euros que me ha costado da bastante el pego.

Así que el lunes me planté en el cole con mi nuevo reloj más contenta que unas pascuas. Mis niños andaban trabajando muy aplicaditos ellos y yo también, que en esos momentos escasos de deberes y silencio adelanto papeleo y mil cosas. 

En estas, veo que D levanta la cabeza y me mira alucinado sin decir ni mu.

¿Qué pasa D? Le pregunto, y contesta con esa sonrisa que tiene que le llena toda la cara:

Maestra, ¿tu eres rica?

¿Rica yo cariño? ¿Por qué dices eso?  Y al terminar de hacer la pregunta vi por el rabillo del ojo que la manga del chaleco se había remangado dejando a la vista mi Casio de mercadillo.

Ah, lo dices por mi reloj, ¿ verdad D? Y asiente al momento. Pues te voy a contar un secreto. Esto es de mentirijilla y me costó cinco euros, así que mira lo rica que soy.

Y empezamos a reír. 

Besos y feliz fin de semana.