Se acabó lo que se daba...

Mañana acaba el cole. Mañana les damos las notas a los nenes. Acaba así mi primer año como teacher. He de reconocer que al principio lo pasé algo regular. Imaginad la situación: 23 añitos y casi ninguna experiencia como maestra (quitando los tres meses de prácticas que tienes que hacer en la facultad) y me dan el inglés de casi un colegio entero. Alumn@s desde 5 hasta 12 años, ninguna hora libre a la semana, mucho papeleo y una sensación de Dios ¿dónde me he metido? constante.

Pero eso fue desapareciendo a medida que conocí a mis compañeros, a los que tengo que agradecer muchísimo. A pesar de la diferencia generacional (sólo decir que yo era como la mascotita del colegio) hemos compartido muchos momentos inolvidables. 

Y qué decir de mis niñ@s. Había días en los que daban ganas de coger a más de uno y darle un chocazo contra la pared, pero en seguida te sonreían, o te decían cualquier cosa y ya se te olvidaba todo. 

Mañana toca despedirse, y me va a costar no soltar la lagrimita. Y eso que yo soy dura de roer, que no suelo mostrar mis emociones en público, pero me da que mañana no seré capaz de controlarlas. Y es que el año que viene he de irme con mis cds y mis libros a otro cole. Yo sabía que esto tenía que pasar, pero se ve tan lejano... Parece mentira que ya ha pasado un curso entero.

A partir de mañana, y hasta el 30 de junio, seguiremos en el cole trabajando, con mucho papeleo y me temo que no mucho por hacer. Pero ya no será igual, seguramente el colegio estará triste sin los niños, vacío de risas, carreras y llantos.

Ahora toca cerrar un capítulo, pensar en las vacaciones, que este año prometen bastante ;)

Besos