La pérdida de la infancia

Como sabéis, y si no os lo digo desde ahora, este año entre otras cosas soy tutora de un tercero de primaria, lo cual quiere decir que soy la responsable de la andadura de 22 criaturitas cuyas edades oscilan entre los 7-8 añitos.

Mi memoria de esos años me lleva a colecciones de cromos, saltar a la comba, jugar a poli-ladro y cosas así. Pero parece que hoy en día eso está pasado de moda. Nada de juegos, nada de combas, nada de infancia.

C, una niña monísima y muy despierta que tengo en mi clase, apunta maneras. Se le ve en la cara, que. si todo sigue igual, será "carne de cañón". Estaba yo corrigiendo cuadernos de matemáticas cuando se acerca con sus ojos claros muy abiertos y me dice: Teacher, ¿me puedes poner esto más fuerte? Levanto la cabeza, ya que no tengo ni idea de a qué se refiere, aunque ya tenía mis sospechas, aún confiaba en que se tratase de los cordones. Pero no, porque se señalaba a la camiseta. No puede ser, pensé yo, completamente ingenua. Pero cuando se levanta la camiseta mis sospechas se confirman. Allí estaba, un sujetador negro en el cuerpo de C, de 7 años. Imaginad la cara que se me quedó, los ojos como platos.

No queda ahí la cosa. En el recreo, C viene hacia mi y me dice ¡Teacher, R está gritando que me voy a casar con N! No te preocupes C, eso son tonterías, no les hagas caso- contesto yo- Ya teacher, pero esque están gritando otra cosa, una cosa muy fea. Mi mente sucia vuelve a hacer de las suyas. ¿Qué están gritando C? Que N y yo..... pues que vamos a..... ¡a eso Teacher!

Si, es lo que estábais imaginando. Y allí me quedé, pensando que mi infancia al menos si fue infancia, y con una pena muy grande por la que se están perdiendo estos niños.

Por cierto, he visto que ya este humilde blog ha superado la barrera de los 50 seguidores. En breve organizaré algo para celebrarlo... y sí, de nuevo es lo que estáis pensando :)

Besos